MALLORCA 

Sin lugar a dudas, uno de los destinos mas bellos de todo el Mediterráneo.   Surcar las aguas del archipiélago y fondear con calma por las aguas de la mayor de sus islas es una experiencia fascinante que se retiene en mente durante años y, casi, te obliga a regresar hacia esas latitudes.

Si te has decidido a navegar por Mallorca,  debes saber que la costa N y NW es una zona más abrupta, con calas de piedra viva; con acantilados y saltos que a menudo hacen muy difícil el paso por tierra y vuelven asombrosa la experiencia a pie y por mar.

Por el contrario, la cara sureste de la isla suele ser apacible y tranquila, con costas más amigables y un gran número de playas que nos permiten fondear y recorrer con tranquilidad su litoral. Mallorca cuenta con un buen clima, carente del efecto de la marea (excepto en Formentor y entre islotes) y un tiempo envidiable casi todo el año para recorrer alguna de sus múltiples rutas para navegar.

Si es una de nuestras primeras travesías tendremos presente que los dos puertos comerciales que tiene la isla son el de Alcudia (N) y el de Palma (SW); su localización nos permitirá descubrir sus más de quinientas calas y playas utilizando estos como referencia.

Si cogemos rumbo, SE encontraremos la zona de Es Cap Blanc ( 39° 22′ 49″ N, 2° 48′ 29″ E), cabo que corta la bahía de Palma dando paso a las primeras costas de Llucmajor. Allí, se puede observar la torre de defensa (Torre del Cap Blanc) desde el mar, una de las múltiples construcciones que defendían la región. Antes de llegar a la zona del Migjorn, podemos descansar en las rocosas costas de Cala Blava o continuar rumbo W hacia S’Estanyol y Sa Ràpita. Allí, a pocas millas, están Ses Covetes y es Trenc, dos de las playas más visitadas por turistas y mallorquines de toda la isla.

Más allá de la colonia de Sant Jordi (S), tras cruzar la cara sur, encontramos el verde del Parc Natural Mondragó (SE), y más allá las costas de Cala D’or  y Cala Romàntica (E). La zona este, de navegación sencilla, invita a pararse a lo largo de las decenas de millas que separan las Coves del Drac (cercanas a Porto Cristo) hasta Cala Mesquida, ya en la cara norte de Mallorca. Más allá, la bahía de Alcudia, primero, y de Pollença, después, invitan a una navegación al resguardo de las corrientes.